De sus 39 años, casi 20 los pasó entre rejas. Ariel "Patón" Arguello cambió la violencia y los robos que le llevaron a la cárcel por el rap para crear un proyecto musical que el año pasado se estrenó en la MTV argentina. Ahora, se aferra a la música para librar una nueva pelea: la vida en libertad.
Pasea sus dos metros de altura por el barro y la marginalidad de los pasillos de villa La Cava, a las afueras de la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, y recuerda sus años de delincuencia, de "pibe chorro" (joven ladrón), de ese robo y esa violencia que lo sentenciaron a pasar 18 años atrapado tras los muros de varias prisiones.
No delató a un compañero tras un importante robo frustrado -"en la calle tenemos códigos", recuerda- y la condena se hizo interminable hasta que llegó ella: "Mi señora queda embarazada. Me hizo algo en la cabeza. Tenía que cambiar de vida si quería traer un bebé al mundo y decidí parar el juego de competir por la violencia", relata en una entrevista con Efe.
Luego llegaron las películas de esos raperos estadounidenses (8 millas, 50 cent), "que articulaban la calle con la cárcel y la droga", y empezó a escuchar rap en la celda mientras escribía a su esposa, Jesica, 'La China', durante largas noches en vela. Poco a poco, fue transformando las cartas de amor en rimas.

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